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Ortomanía

De acentos y tildes

El problema básico —o uno de ellos— que encuentra cualquier usuario del idioma escrito en español es «¿Cuándo acentuar?». Durante años nos han explicado aquellas tres reglas básicas, aliñadas con el lío que suponía entender los hiatos y los diptongos.
En la enseñanza de español a extranjeros, donde la formalidad debe ir pareja a la economía de las explicaciones, usamos una regla fácil y sencilla que resume las susodichas.
«En español las palabras terminadas en vocal, "n" o "s", tienden a ser llanas. El resto tienden a ser agudas. Solo llevan acento gráfico o tilde las que violan la regla general.»
En esta regla se condensa todo nuestro sistema de acentuación y señalización gráfica. Permite, además, que cualquier recién llegado a nuestro idioma sepa leer las palabras con el acento correcto, siempre que estén correctamente escritas, por supuesto.
Pensemos en palabras como «hospital», que muchos extranjeros pronuncian «hóspital»; si aplican la regla anterior podrán conocer, sin dudarlo un instante, como se pronuncia: «hospitál». Hagan la prueba como usuarios del idioma y no habrá tilde que se les resista.

2 comentarios

Chilla -

«Comodidad» dices... Yo creo que la razón es otra. Seguramente careces de un teclado en español. O identificas «pereza» con «rebeldía».

huguito -

yo heche fuera los acentos, y las mayusculas que comodidad